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lunes, 18 de noviembre de 2013

Hay vida, mucha vida

“Estar sano o estar enfermo es una mejor o peor circunstancia. El verbo es ESTAR”
Todo un viaje de Silvia Abascal

La historia que voy a contar comenzó hace más de 6 años. Empezamos a la par las sesiones de fisioterapia neurológica. Ella por un ictus y yo por una Ataxia de Friedreich. Ella en una silla de ruedas, débil, imposible de valerse por sí misma y yo tan “pancha” subiendo las escaleras de dos en dos –teniendo el ascensor al lado- y sin saber muy bien porque iba allí.
Me acuerdo perfectamente de una mañana, poco después de conocernos, ella estaba sentada en la entrada de la consulta esperando para empezar la sesión y mi madre y yo, estábamos de pie en la puerta, ya para irnos. Y en eso me preguntó ella: “¿y a ti que te pasa?” Yo que era lo más de la vergonzonería (ahora también lo soy, pero con 12 años era demasié) me quedé callada y agaché la cabeza; y mi madre (con la alegría que le caracteriza y la sonrisa siempre en la cara, como si no hubieran problemas) fue la que respondió: “problemas de equilibrio…”. Entonces ella, con una media sonrisa, me miró y dijo: “ojalá tuviera yo problemas de equilibrio…” Anda que no me he pasado horas dándole vueltas a esta conversación. Pensando en nuestra suerte y en cómo han cambiado las cosas… Y a partir de ahí hemos compartido mucho, vivido más y reído demasiado. Y lo que nos queda...

Hubo un día que la vida quiso que nuestros cuerpos fueran a otro ritmo. Es alucinante como su cuerpo, partiendo de una hemiplejia (a causa de un ictus, Daño Cerebral Adquirido -DCA-), se ha ido corrigiendo y recomponiéndose. Más alucinante ha sido ver su evolución. Es increíble la capacidad de recuperación que tiene el cuerpo humano, y digo increíble porque estos ojitos lo han visto, no me lo he inventado. Luchamos por lo mismo, porque nuestro cuerpo avance y no se quede estancado. Luchamos sin cansarnos, porque confiamos en un futuro mejor para nuestro cuerpo. 


Ella es una pasada. Dulce, cariñosa, auténtica, valiente, presumida, “pija” (en el mejor de los sentidos; no me lo negarás, eh…), mujer, madre y abuela fabulosa. Tuvo que empezar desde cero hace más de siete años, y entonces tocó fondo, pero la única opción era tirar hacia delante por ella y por los suyos. No permitió volver a caer, no le dejaron volver a caer. Sólo tengo palabras bonitas hacia ella, pero porque se lo ha ganado a pulso. Echando la vista atrás, desde que comenzó su lucha, y viendo lo que ha conseguido gracias a su esfuerzo y trabajo diario, sólo puedo quitarme el sombrero. Y ver lo poco que le queda y que toda su evolución ha sido, es y será positiva, aún se me ensancha más la sonrisa. Es muy afortunada; le rodea la magia, su alrededor brilla y sólo tiene que sonreír y dejarse llevar, nada más.

Sí, las cosas han cambiado. Ahora soy yo la que está en una silla de ruedas con el cuerpo “desmontado” y ella es la que ahora está estupenda y poco le queda para subir las escaleras de dos en dos.


Por guapa, porque te quiero y porque me gusta estar contigo.


                              


"Todo un viaje" de Silvia Abascal

"Cuando el ictus llama a tu puerta" de Lourdes Maldonado

Vídeo sensibilización ICTUS

El Concepto Bobath en la rehabilitación del ICTUS

3 comentarios:

  1. Pero qué bonito Belenchu!!!!!!
    Nos ha encantado a todos, que lo sepas.... que aquí no se ha atrevido nadie a escribir, pero yo sé de uno que se emocionó leyéndolo...
    Un besazo

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    1. jejeje... Gracias guapa!!! Eso me han contado... Pero, se lo merece o no?? ;)
      Besotes!!

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  2. ¡Hola Belén!

    ¡Aplauso y más aplausos! Esas son ganas de vivir. :)
    Con esas ganas de salir adelante luchamos nosotros también, los pacientes de AF, para ayudarle a nuestro cuerpo tenga un mejor estado :)

    Ycomo siempre es un gusto leer tus entradas =)

    Abrazo Belén y gran beso :)

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