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lunes, 27 de enero de 2014

Mañanas de campeonato


Si por las mañanas llego tarde a clase, no pienses que me he quedado dormida al apagar el despertador, o que me he quedado en la cama cinco minutitos más haciéndome la remolona… No.
Mis mañanas –previas al salir de casa- son frenéticas, de campeonato. Todo el esfuerzo que supone para mí el despertar-vestir-mear-desayunar-lavar los dientes y la cara-peinar es equivalente al esfuerzo que supone para ti pasar un día cualquiera desde que te levantas hasta que te acuestas. Y no lo digo sin conocimiento de causa, lo digo porque yo también he pasado muchos días con sus respectivas noches sin ninguna discapacidad y con un cuerpo y un alma que no me costaba la misma vida levantarlos.
Mi cuerpo al ir atrofiándose, cada vez pesa más y es más difícil moverlo. También está más cansado –por muchas horas de sueño que lleve encima, mi cuerpo pesa y está agotado- (y sumémosle que me gusta dormir más que a las mantas), me cuesta horrores incorporarme de la cama, despejarme y estar on por las mañanas, por muchos cafés que me tome y mucha agua fría que me tire en la cara –cómo me gusta esto último; ¡¡¡¡y eso es algo que puedo hacer yo solita!!!!- Como “buena dependiente” que soy, necesito ayuda para casi todo. Cuando despierto, tengo todo el cuerpo agarrotado y atontado (sobre todo las piernas), por suerte tengo a mi mami con su mejor cara, alegría y vitalidad (¡¡qué bendición tenerla!!), haciéndome estiramientos y estimulándome la planta de los pies.

Lo dicho, me cuesta horrores arrancar y siempre pueden haber imprevistos. Sin contar que mis movimientos son muy lentos y sólo para desayunar y meterme en la boca las 15 pastillas… Muchas veces digo, sólo por levantarme y ponerme en marcha y estar a las 8h en clase, me tendrían que aprobar… ;-)))

Bueno, que si más de un día y más de dos llego tarde a clase, no es por puro morro, es porque la vida no me da para más.


"DEBO MI ESFUERZO A AQUEL QUE CON EL SUYO TIRA DE MÍ"



“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.” 
Mahatma Gandhi

lunes, 20 de enero de 2014

Si para recobrar lo recobrado


                  Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.


Francisco Luis Bernárdez



  

lunes, 13 de enero de 2014

Hormonas de la felicidad

De toda la vida, desde que era una enana me encanaba de la risa por nada, y ahora con 19 años, formal y con cierta madurez, me sigo encanando por nada y por todo. He sido y soy de risa fácil, contagiosa y sonora, de esa que no puedes cortar por-nada-del-mundo y en los momentos más inoportunos te entra y a ver qué haces. Soy de una risa escandalosa. De esa risa que da flojera, que si estoy de pie, me caigo al suelo… Tal cual! (lo prometo, y mi madre también).
Hace unos años, cuando iba al colegio, tenía un profesor con el que me tronchaba en las clases. No era el típico profesor-graciosillo-que-va-de-guay, no, él soltaba paridas muy buenas (y con el que aprendí muchísima literatura, todo hay que decirlo). Durante la clase, continuamente, soltaba alguno que otra y pretendía que nuestra risa (la de 26 adolescentes) durara un suspiro; pero ahí estaba Belén sin poder parar de reírse, con esa parida y con la que había soltado hace diez minutos… Un show… Al profesor se le acababa la paciencia y me lanzaba unas miradas fulminantes. Si fuera otr@ alumn@ lo hubiera echado de clase, pero conmigo hacia una excepción, se ve que por no hacerme pasar el ridículo de quien anda con dos copas de más…

Por simple curiosidad busco en la RAE la definición de “Reír” y entre todas las que hay, la que más se parece a lo que hago yo cuándo me río, es: “Manifestar regocijo mediante determinados movimientos del rostro, acompañados frecuentemente por sacudidas del cuerpo y emisión de peculiares sonidos inarticulados.”
Soy de las que me río con todo el cuerpo, esa risa en la que te duele la tripa, que te falta el aire y te ahogas; ese reír en el que están a punto de caerte las lágrimas. Recordando unas frases robadas del blog Al hilo de...“Y se ríe sin saber por qué pero se ríe hasta que la cara le duele ¿han reído así, verdad? Reír con todo el cuerpo, no como los farsantes que nos intentan vender algo, reír como un niño pequeño que se cae de espaldas con las carcajadas en esa época mágica en la que el cuerpo mide lo mismo del ombligo hacia arriba que del ombligo hacia abajo…”

¿Sabías que cuándo nos reímos nuestro cerebro libera unos neurotransmisores que actúan como analgésico y nos producen una sensación de bienestar? Esos neurotransmisores son las endorfinas y la dopamina; las famosas hormonas de la felicidad.
Los humanos somos los únicos seres que pueden reír, que saben reírse a carcajadas; y tenemos muchos, muchísimos motivos para reírnos. Y entre los múltiples beneficios de la risa, podemos saber que evita la depresión, el estrés, relaja la musculatura, mejora la autoestima y autoconfianza, elimina pensamientos negativos, nos volvemos más inmunes ante la enfermedad…
Qué me decís, vale o no vale la pena reírse? Y motivos no nos faltan, por ejemplo… ¡¡QUE ESTAMOS VIVOS!! Confieso que una de las cosas que me ha “curado psicológicamente” ha sido sin duda la risa, esa facilidad por reírme de todo :)))

El último piropazo me lo dedicó una mujer adorable, muy divertida, un gustazo estar con ella… “Ay Belén, me encanta tu risa, te ríes tan a gusto…” No me pudo ilusionar más.


lunes, 6 de enero de 2014

Somos lo que somos

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca.
El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? La flor contestó: Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda y he aquí el más hermoso y bello clavel de tu jardín.”

Somos esto que somos. Vivimos marchitándonos; nuestras propias insatisfacciones, en nuestras absurdas comparaciones con los demás... Si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera... Siempre conjugando el futuro incierto en vez del presente concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy, estar felices con lo que somos, con lo que tenemos o vivir amargados por lo que no tenemos o no podemos ser. Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.

San Francisco de Asís

                        


“Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible.”
San Francisco de Asís