Que no. Que por mucho que se empeñen en decirnos y convencernos de que las ciudades ya están completamente accesibles para una persona con discapacidad, no es así. Con discapacidad me refiero tanto a gente con movilidad reducida, andador, silla de ruedas, personas con alguna extremidad amputada, con discapacidad sensorial…
Queda muy bonito decirlo y más en alguna inauguración o acto público o con políticos de por medio, y cuando se hace con algún beneficio detrás, más bonito es. Nos quedamos todos con una sonrisa de gilipollas y aún tienes que decir “gracias”. ¿Gracias? ¿Cómo que gracias? ¿No tengo yo el mismo derecho que una persona sin discapacidad a entrar en un local o un transporte público?
Si empiezo a contar la de casos que se han dado por la cantidad de barreras arquitectónicas que hay y la falta de puntos accesibles que nos dejan a la altura del betún… Como fue, por ejemplo el caso de una señora que usaba andador y que, en Valencia, un conductor de la EMT le negó la rampa para que pudiera subir, cuando el conductor no tiene que hacer ningún esfuerzo, sólo darle a un botón. Eso es discriminación en toda regla, que no vengan luego con excusas y leyes. Si la señora necesita ayuda, le ayudas y punto. (Noticia aquí)
Y ya ni hablamos de cuando falla algún mecanismo que facilita la accesibilidad o ascensor, para qué lo van a arreglar, si total para cuatro que lo usan no vale la pena gastarse el dinero, mejor, que se vayan a su casa…
Ir al cine –previa llamada para preguntar si funcionan las plataformas (porque señores, en pleno centro de Valencia, que un cine no tenga ascensor…)-, comprar las entradas y al ir a subir te dicen que las plataformas no funcionan… Obviamente me devolvieron el dinero y me marché. No he vuelto más.
Los autobuses de la EMT también dejan mucho que desear en cuanto a accesibilidad se refiere. Se supone que todos los autobuses deben de tener, en la puerta del medio, una rampa que se despliega para que puedan subir silla de ruedas y personas con movilidad reducida, porque para subir o bajar el escalón ese de medio metro teniendo algún problema, tienes para que te den un premio. Más de una vez estuve a punto de comerme el suelo cuando andaba… Pero eso de la rampa es pura lotería: puede ser que la rampa funcione bien, puede ser que no funcione o, simplemente, que no haya rampa. En los dos últimos casos no queda más remedio que quedarse en tierra, buscar un taxi o un metro para volver. Ah! Y no hablemos del metro… En todas las estaciones por las que he ido, hay ascensor –eso sí, más leeeeentos no pueden ser-, bueno hay ascensor pero ten mucha suerte y nada de prisa, porque como esté estropeado varios días y no lo arreglen… Como nos pasó una vez, que no podíamos subir del andén y simplemente nos dijo el revisor: Suban al metro y bajen en la siguiente parada que el ascensor sí que funciona allí… Eso hicimos, pero, ¿es esa la solución?
Siguiendo con el Metro Valencia… porque claro, si vas con la silla manual con el acompañante que te empuja y te levanta cuando hay algún escalón, te puedes apañar; pero, y si vas con la silla eléctrica –que éstas pesan lo suyo y no se pueden levantar tan fácilmente-? Pues ármate de paciencia y tómatelo con humor.
O que se piensen que las sillas eléctricas tienen súper-poderes para subir un escalón de un palmo de alto –porque como lo bajes, te abres la cabeza-. ¡Oiga, que las aceras y las calles son para todos, que yo también pago! Ah! Y qué hacemos con aquellos que aparcan el coche en una plaza para discapacitados? Ese pequeño “privilegio” que tenemos, también lo quieren ellos… Pues nada, que se queden con el privilegio y con el problema, que si alguien quiere aparcar ahí, que cojan también mis piernas.
¿Y qué pasa con los establecimientos, tipo cafeterías, restaurantes, clínicas, …cualquier lugar donde entre cualquier persona? Desde el año 2003 es obligado que todos los locales estén adaptados y sean accesibles para cualquier persona, y sino… multa. En la entrada de cualquier establecimiento debe haber una rampa… Meeeeeeec! Ya la hemos liao. No he ido yo a lugares con escalones en la puerta, y cuando llegas al sitio y lo ves, es como si te dieran una patada en el estómago… No me dirán que el mismo trabajo es hacer una rampa que un escalón. Cuando llego a un local y veo escalones en la entrada es como si hubiera un cartel que pusiera “PROHIBIDO DISCAPACITADOS”. Y lo mismo pasa con los baños... Adaptaditos tienen que estar todos.
Y no lo digo yo, lo dice la ley. LEY 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad (LIONDAU)
CONCLUSIÓN: A esta sociedad aún le queda mucho por avanzar, aprender y necesita valores.
Hola Belén.
ResponderEliminarLo que platicas en esta entrada es taaaan parecido, solo le cambié la ciudad por México D.F. y, ¡listo! Tenemos la misma situación :P
Te voy a contar brevemente algo que me ocurrio en un hotel, si en un ¡Hotel!
Pues hice mi reservación via telefónica, la telefonista me asuguro que el hotel si contaba con tooodas las facilidades y estaba muy bien adaptado para personas con discapacidad, todavía por correo electronico le rogué para que no ocuparan la habitación "adaptada" para personas con discapacidad.
Al llegar al Hotel, todo muy bonito con rampas en todos los lugares donde había escalones pero, ¿¡cuál fue mi sorpresa!? Que al pasar a la habitación "adaptada", lo unico que tenía de adaptada era la disque "rampita" que tenia para entrar, y un tubito que había en la bañera, que por sierto no entraba mi silla de ruedas...
O sea para los directivos del Hotel una habitación "adaptada" es aquella que tiene una rampa para entrar a ella ¿y ya adentro? Pues que se haga 'lios' el (en este caso yo).
Belén, te queria compartir esto para que vieramos que también en la sociedad Mexicana, como bien lo escribes, aún le queda mucho por avanzar, aprender y necesita valores.
Saludazo y fuerte abrazo. Besos
Luis!! Gracias por leerme, como siempre, y que te guste tanto. Te creo perfectamente, en los hoteles el concepto "adaptado" lo tienen donde yo te diga... En los hoteles que yo he ido, ha sido un desastre y apenas hay diferencia con una habitación sin adaptar.
ResponderEliminarUn abrazo grande!!
¡Belén! Cierto como la vida misma... puñetas e injusticias, cabreos y mucha rabia nos hemos llevado todos; pero aún tenemos el derecho a protestar y gritar bien alto para que cambien las cosas...ánimo a todos! ;)
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