Albert se pasó 10 años de su vida –desde los 12 a los 22- en un hospital; donde le quitaron una pierna, un pulmón y un trozo de hígado en forma de estrella de sheriff. Algo de estrella sí que tiene… un gran sentido del humor y la virtud de quedarse con lo mejor de todo. Sabiendo que detrás de todo lo malo, hay siempre cosas buenas. Porque nada es en vano; cuando perdemos algo, siempre hay una ganancia detrás.
Y para que veáis que no hablo por hablar, ni para que todo sea bonito… En mi caso; yo, Belén, he perdido movilidad y equilibrio en las piernas –por poner un ejemplo, ya que es lo más visible- y por eso en vez de ir andando por el mundo, voy sentada en una silla, donde aguantan mi peso cuatro ruedas. Pero al otro lado de la balanza elijo poner a toda esa gente que he conocido y que me han aportado algo valioso. Yo creo que es un ejemplo muy claro y real.
Cuando se creó el mundo, nadie explicó cómo debía ser la vida de una persona que usa silla de ruedas, ni como debía comportarse ni ser tratada. A cada uno de nosotros al nacer, nos dan una mochila que tendremos que llevar a lo largo de nuestra vida, para algunos más pesada, para otros menos… Y como somos nosotros los que cargaremos con ella y no podemos elegir, la aceptaremos y decidiremos como colocarla –qué cosas quedarnos y qué dejarnos para poder avanzar- para que no nos moleste y nos permita disfrutar del camino.
Hace un par de años, en un congreso, contaba Albert que cuando estuvo en el hospital e iban a verle, le daban palmaditas en la espalda en lugar de un buen abrazo y un poco de cariño o que cuando ingresó en el hospital, mucha gente iba a visitarle y después nadie se acordaba de él.
También contaba que hace unos años impartió unas clases de teatro a 10 chavales con Síndrome de Down. Todos tocaban la guitarra maravillosamente bien, todos menos él. Y dijo: yo soy un discapacitado musical. No somos minusválidos ni discapacitados, somos especiales. Especiales porque nos faltan capacidades importantes, pero tenemos otras tremendamente valiososas.
Escuché su ponencia hará un par de meses, y no se me olvidan estas palabras. Me dejó alucinada su charla y al par de semanas tuve oportunidad de conocerle. Fue la primera semana de mayo, con motivo de la Feria del Libro de Valencia, y él venía a presentar su último libro. Humildad, sencillez y admiración, por mi parte, que me dejó mude y no supe qué decir. Siempre me pasa lo mismo!
Estas últimas semanas, no sé porqué, estoy viendo muchas cosas por las redes sociales sobre la inclusión e integración de las personas especiales (lo llamaremos así a partir de ya). Que por el simple hecho de tener un defecto físico, sensorial y/o intelectual –adquirido o de nacimiento- tenemos que ver disminuidas nuestras oportunidades y entorno a nosotros girar la palabra aceptación y no discriminación. Si no hubiera exclusión, no tendríamos que hablar de inclusión. No te va a pasar nada por hablar conmigo, no te alejes como si tuviera la peste; soy bastante autosuficiente, pero no me lo pongas difícil o si ves que no puedo, échame un cable; no abras una cafetería con un escalón en la puerta, porque si voy sola, no voy a poder entrar…
Se tiende a rechazar lo diferente. Yo amo lo diferente. Conozco a jóvenes con discapacidades que no tienen nada que ver con la mía, y lo único que me producen es admiración y ternura. Pasar un ratito con ellos es lo más maravilloso del mundo y me gustaría tanto poder ayudarles en sus necesidades… Me decía la mamá de unos gemelos adorable y muy especiales: “Conocerlos es quererlos” Y es que es verdad y me siento tan afortunada de conocerlos…
Tiene que haber diversidad y quererla de igual forma, porque si fuéramos todos iguales, esto sería un rollo…
"Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo"
F. García Lorca
CAMPAÑA DE SENSIBILIZACIÓN DE LA ATAXIA: NO ES LO QUE PARECE, ES LO QUE PADECE
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¡¡¡¡Que vivan los cuadraditos!!!!!
ResponderEliminarSi no fuera por ellos, qué aburrido sería el mundo, y que poco nos esforzaríamos por mejorar... no sabríamos de la gran capacidad que tenemos de cambiar las cosas.
Gracias Belenchu
Cuanto más conozco a los cuadraditos... más cuenta me doy de la imperfección del círculo!
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