Si queremos hablar de guapura. Si queremos hablar de gente guapa, ella es un claro ejemplo… Alta, de cuerpo delgado, morena de piel; castaño y ondulado su pelo. Ojos negros, grandes y chisposos, imposible no quedarte enganchada en ellos cuando la miras, hablan por sí solos; tienen un algo muy especial, en contadas personas se ve. Esos ojos transmiten (escribo lo que me cuentan sus ojos, ignorando lo que pueda saber de ella) ingenuidad, seguridad, carácter, decisión, dulzura, magia y curiosidad. (Espero haber acertado, porque sino es que soy una pésima intérprete de miradas…) Eso me lo dicen sus ojos en persona, claro está, en las fotos no se aprecian tantas cosas, y conociéndola añadiría que también es cercana, tímida, asertiva, cariñosa, familiar, humilde, sensible, valiente, y seguro que muchas más cosas, pero para ello necesitaríamos más cafés.
Siguiendo con su cara, de una belleza descomunal. Sí, lo he dicho bien: belleza-descomunal. Una cara fina y limpia, con mucha luz; como si llevara kilos de maquillaje y en ese momento no lleva ni un gramo. Vamos, la típica cara que todas las jóvenes querríamos tener. Tiene una luz y una magia en su rostro…
Ah! Y me dejo lo más importante, en ella y en cualquier persona, la sonrisa. Aunque es de apariencia seria y cautelosa, cuando sonríe te desarma. Amplia y grande, destila autenticidad. Si la ves o te cruzas con ella, quédate con su cara, por favor, (bueno, aunque no te lo pida lo vas a hacer igual). Desprende juventud y frescura.
Tiene un cuerpazo… Sí, cuerpazo, de ese que se ponga lo que se ponga le sienta bien, que está monísima con cualquier trapito. Como antes, la típica figura que todas querríamos tener. Hay gente guapa pero a ella esa palabra se le queda corta.
Con todos estos detalles la podríais reconocer entre mil. Ahora ya es cuestión de imaginación… Pero yo voy a contar el primer día que la conocí. Podría relatar cualquier otro, pero ese lo recuerdo con mucha nitidez. Era una tarde de enero, que hacía un frío exagerado, y ella vestía camiseta gris, un vaquero azul claro, pitillo, y botas altas negras. Con una trenza larga que le caía sobre el lado derecho. Sencilla, pero cuando le vi la cara… esa tan bonita… (Recuerdo que en los días posteriores, a quien le contaba lo sucedido ese día, sólo repetía: “Mira qué guapa es… Mira qué guapa es… Y no llevaba maquillaje!!!!”) Había mucha gente alrededor (parecía como si se la fueran a comer) y ni me vería, pero mi madre tocó su brazo (mi madre, sí, ella estuvo y sigue estando omnipresente siempre) y en ese segundo, ella se giró directa a mí y se quedó mirándome… Me encantó esa mirada, me dijo un montón de cosas; esa mirada… No se me olvidará por muchos años que pasen…
Confucio
Uffff!!! És preciós Belén. M'ha encantat. I ja pot estar orgullosa 'eixa xica desconeguda' Gràcies pels teus relats. Un beset enorme
ResponderEliminarAiiii bonica!! Gracietes, resala!! Besets :)
Eliminar¡Bello, Belén!
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
Muchas gracias, Miguel!!!
EliminarAbrazo grande :)
Ayyyy, que bien relatas las emociones. Gracias
ResponderEliminarAyyyyyyy, muchas gracias!! Las descripciones cada vez me gustan más... Un beso
EliminarLa descripción que haces me fascina ;)
ResponderEliminarGracias por tus textos, muy bonitos.
Abrazo fuerte Belén
Gracias Luis!! A mi me fascina escribirlos y que os gusten tanto,
EliminarAbrazo grande!
Veo un autorretrato en tus palabras! Eres genial, así y mucho más Belén. Felicidades!
ResponderEliminarQué linda!! Muchas gracias, Maria José!!
EliminarBesazosssss :)))))))))